Prevalencia de trastornos psiquiátricos en pacientes ingresados por el Servicio de Psiquiatría en el Módulo Penitenciario del H.U.M.S.

Calvo Estopiñán Pa, Soler González Cb, Día Sahún JCc, Ventura Faci Td

2a,b,c,d Servicio de Psiquiatría. Hospital Universitario Miguel Servet. Zaragoza.

 

RESUMEN

Introducción: Estudios epidemiológicos recientes destacan el aumento de prevalencia de trastornos psiquiátricos en presos. El objetivo del presente estudio es determinar los trastornos psiquiátricos principales y secundarios más prevalentes, datos sociodemográficos y estancia media, de los pacientes ingresados en el Módulo Penitenciario de un hospital general a cargo del Servicio de Psiquiatría.

Material y método: Estudio descriptivo transversal retrospectivo. La muestra está compuesta por los pacientes ingresados en el Módulo Penitenciario a cargo de Psiquiatría durante 5 años, siendo n=136.

Resultados: El 90,4% fueron hombres y el 9,6% mujeres. La edad media fue de 34,18 años. Los diagnósticos psiquiátricos principales más prevalentes fueron: Tr. Personalidad 22%, Tr. Esquizofrénicos 16,3%. Como diagnósticos psiquiátricos secundarios más prevalentes encontramos: Tr. Personalidad 11,9%, Abuso de drogas 10,7%.

Conclusiones: El diagnóstico psiquiátrico principal y secundario más prevalente fue el trastorno de personalidad. Se documentó la existencia de una alta comorbilidad con el abuso-dependencia de tóxicos. Actualmente las prisiones carecen de equipos multidisciplinares en Salud Mental, con lo que en muchas ocasiones se hace necesario el traslado del preso al hospital con la carga asistencial y el incremento de costes que esto supone.

Palabras clave: Trastornos mentales; trastorno de personalidad antisocial; trastorno relacionado con sustancias; prisiones.

 

PREVALENCE OF PSYCHIATRIC DISORDERS ON PATIENTS ADMISSED BY THE PSYCHIATRIC SERVICE IN THE SECURITY AREA OF H.U.M.S. (University Hospital “Miguel Servet”)

ABSTRACT

Introduction:recent epidemiological studies highlight an increase in the prevalence of psychiatric disorders amongst prison inmates. The objective of this study to determine the most prevalent primary and secondary psychiatric disorders, socio-demographic data and average stay period amongst patients admitted to the Prison Unit of a general hospital as charges of the Psychiatric Service.

Materials and Methods: retrospective cross-sectional descriptive study. The sample group consisted of a number of patients admitted into the Prison Unit as charges of the Psychiatric Service during a five year period (n=136).

Results: 90,4% were men and 9,6% were women. The average age was 34,18 years. The most prevalent primary psychiatric diagnoses were: Personality Disorder 22%, and Schizophrenic Disorder 16,3%. The most prevalent secondary psychiatric diagnoses were: Personality Disorder 11,9%, Substance Abuse 10,7%.

Conclusions: the most prevalent primary and secondary psychiatric diagnosis was personality disorder. The existence of a high level of comorbidity of substance abuse-dependence was recorded. Prisons currently lack Mental Health multidisciplinary teams. This often means that the inmate must be transferred to a hospital with the increased work load and financial cost that this implies.

Key words: Mental disorders; antisocial personality disorders; substance-related disorders; prisons.

 

 

INTRODUCCIÓN

Desde que en la segunda mitad del siglo XX se produjo la transformación de un sistema asistencial basado en el modelo asilar hacia un modelo comunitario, parecería innecesario desde el punto de vista teórico, que existiera una psiquiatría penitenciaria. Sin embargo la realidad es contundente en demostrarnos que los servicios de salud mental comunitarios no están siendo eficaces en el abordaje preventivo, asistencial y rehabilitador de los pacientes graves, especialmente aquellos en situación de pobreza y exclusión social, los cuales tienen mayor riesgo de incurrir en comportamientos delictivos y que están llegando en proporciones crecientes al medio penitenciario.

Por su parte, según describe Hernández Monsalve1, el Guardian Newspaper en su edición de 3 de marzo de 2003, señala que en las cárceles estadounidenses hay 300.000 enfermos mentales “porque no tienen otro sitio donde estar”, con largas condenas por delitos menores, y que suponen una alta proporción entre los 3.500 presos que esperan en el corredor de la muerte.

El estudio de Gunn2 encuentra que el 37% de los varones condenados en Inglaterra y Gales padecían trastornos psiquiátricos: abuso de sustancias (23%); trastornos de personalidad (10%); neurosis (6%); psicosis (2%); y trastornos orgánicos (0,8%).

En estudios ingleses más recientes3,4 se informa de la presencia de psicosis en el 7,5%de varones condenados, en el 10%de varones preventivos y en el 14% de mujeres (en ambas situaciones). Asimismo el 20% de los hombres y el 40% de las mujeres tenían antecedentes de, al menos, un intento autolítico.

Hay que destacar el trabajo de Fazel5 que revisa la información disponible en 62 estudios6,7,8,9,10 en 12 países y que abarca 22.790 prisioneros, que permite establecer las siguientes tasas de prevalencia de enfermedadesmentales graves: psicosis (3,7%de varones y 4%de mujeres); depresión mayor (10%de varones y 12%de mujeres), y trastornos de la personalidad (65% de varones y 42% de mujeres). Como se ve estas prevalencias son entre 2 y 4 veces superiores a las encontradas en la población general para psicosis y depresión mayor, suponiendo estos trastornos “tratables” una gran carga asistencial para las instituciones penitenciarias.

Todos los estudios parecen coincidir en que estas proporciones van en aumento en los últimos años11.

En nuestro país el estudio Pato12 nos da unas tasas de 7,5%de psicosis, 4,5%trastornos del humor y 7,5% trastornos neuróticos, secundarios a situaciones estresantes y somatoformes. Y concluía que sólo un 25%de la población reclusa no presentaba malestar psíquico.

Objetivo principal:

– Determinar cuáles son los trastornos psiquiátricos principales más prevalentes en los pacientes ingresados en el Módulo Penitenciario a cargo del Servicio de Psiquiatría.

Objetivos secundarios:

– Determinar los diagnósticos psiquiátricos secundarios más frecuentes en estos pacientes.

– Documentar datos sociodemográficos y estancia media.

 

MATERIAL Y MÉTODO:

Diseño: El estudio que hemos realizado es de tipo descriptivo transversal retrospectivo.

Muestra: Formada por todos los pacientes que ingresaron, a cargo del Servicio de Psiquiatría, en el Módulo Penitenciario del H.U.M.S. en el periodo entre el 1/I/2000 y el 31/XII/2004, siendo N=136.

Instrumentos: – El Servicio de Archivos del Hospital nos ha facilitado el listado de los pacientes que conforman la muestra.

– Se ha llevado a cabo una revisión protocolizada de las historias clínicas, desarrollando un instrumento de recogida de datos, donde constan: datos administrativos (nombre, apellidos, nº historia, estancia media), datos sociodemográficos (edad, sexo), datos clínicos (diagnósticos psiquiátricos principales y secundarios, según criterios CIE-9).

– Los diagnósticos psiquiátricos se han recogido según criterios CIE-9 ya que es el sistema de clasificación que utiliza el Servicio de Archivos de nuestro hospital.

Estadística: Se ha realizado estadística descriptiva mediante el programa informático SPSS-12.0 y SPSS-Plus..

 

RESULTADOS

1. Durante los 5 años que abarca el estudio, ha habido 836 ingresos totales en el Módulo Penitenciario, de los cuales el 35% ingresa a cargo del Servicio de Medicina Interna, el 16,2% a cargo del Servicio de Psiquiatría, el 10,2% en Digestivo, en el resto de servicios el volumen de pacientes es menor (figura I).

2. De los pacientes psiquiátricos (N=136), el 90,4% eran hombres y el 9,6% mujeres.

3. La edad media fue de 34,18 años.

4. Más del 50% de los pacientes estuvieron ingresados menos de 6 días.

5. Los diagnósticos principales más prevalentes fueron: Tr. Personalidad 22%. Tr. Esquizofrénicos 16,3%. Psicosis afectivas 6,5%. Dependencia alcohólica 6,5% (figura II).

6. En la muestra a estudio, se encontró que el 49% de los pacientes tenían un segundo diagnóstico psiquiátrico, el cual se distribuía de la siguiente manera: Tr. Personalidad 11,9%. Abuso de drogas 10,7%. Tr. Esquizofrénicos 5,1%. Dependencia a drogas 4,5%. Dependencia a alcohol 4,0% (figura III).

 

CONCLUSIONES

El Servicio de Psiquatría es el que más volumen de pacientes asiste en el Módulo penitenciario, siendo únicamente superado por el Servicio de Medicina Interna.

En nuestro estudio encontramos que el diagnóstico psiquiátrico principal y secundario más prevalente fue el Trastorno de Personalidad y que casi el 20% de los pacientes presentaba comorbilidad con el abuso- dependencia de tóxicos.

En la actualidad existen pocos estudios sobre el tema y en ellos se documenta el aumento de prevalencia de trastornos psiquiátricos en presos, lo cual justificaría la necesidad de continuar esta línea de investigación.

Las prestaciones asistenciales psiquiátricas que se dispensan en la cárcel son insuficientes e inadecuadas, careciendo de equipos multidisciplinares de Salud Mental, por lo cual en muchas ocasiones se hace necesario el traslado del preso al hospital, suponiendo esto una carga asistencial e incremento de costes.

Por todo ello estudios que determinaran la patología psiquiátrica más prevalente en esta población con características especiales, serían útiles para diseñar modelos de intervención específicos aplicables en los propios centros penitenciarios.

Los instrumentos de cribado y la mayoría de los instrumentos autoaplicados se caracterizan por presentar mayor sensibilidad que las entrevistas semiestructuradas, llegando incluso a plantear algún autor de forma general que los cuestionarios autoaplicados no serían adecuados para hacer diagnósticos de trastornos de la personalidad al producir mayores tasas de falsos positivos16.

La escasa sensibilidad encontrada para algunos trastornos de la personalidad en la muestra penitenciaria estudiada puede ser atribuida a varios motivos. Se ha argumentado que interrogar al paciente acerca de cuestiones directamente relacionadas con los criterios diagnósticos puede ser adecuado para estudiar el Eje I, pero no para evaluar el Eje II2. Por otro lado hay que considerar que el IPDE es, esencialmente, un instrumento autodescriptivo, y asume que una persona es capaz de dar una descripción válida de las alteraciones de su personalidad, sin embargo es posible que un individuo pueda no ser consciente de alguna de sus características por falta de introspección o autoconocimiento1. Además las dificultades para el recuerdo y la elevada frecuencia de de trastornos comórbidos del Eje I entre la población reclusa pueden afectar la exactitud de las respuestas facilitadas.

Pero también hay que considerar que el sujeto puede disimular rasgos de personalidad indeseables como sucede precisamente en el caso de los trastornos antisocial y límite, especialmente cuando son evaluados en prisión, ya que el conocimiento de determinados comportamientos puede resultar contrario a sus intereses, especialmente cuando esa información se facilita y puede ser usada por el personal penitenciario. Este problema se resuelve cuando se utiliza la entrevista IPDE ya que permite tomar en consideración, además de las respuestas del sujeto, el juicio del explorador y la información adicional de diversas fuentes.

A la luz de los datos de este estudio se desprende que resulta aconsejable utilizar en el medio penitenciario directamente la entrevista IPDE y no usar previamente el cuestionario de cribaje, pues la falta de especificidad observada limita el posible ahorro de tiempo, pero sobre todo porque la falta de sensibilidad puede hacer que pasen inadvertidos algunos trastornos de personalidad que presentan elevada prevalencia en el medio carcelario.

 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

1. Hernández Monsalve M. Pacientes mentales en prisión. Perspectiva internacional. En: La atención a la salud mental de la población reclusa. Madrid: AEN Estudios/30. 2003.

2. Gunn J, Madeu A, Swinton M. Treatment needs of prisioners with psychiatric disorders. BMJ 1991; 303:338-341.

3. Fryers T, Brugha T, Grounds A,Meltzer D. Severe mental illnes in prisoners. BMJ 1998; 317: 1025- 1026 (Editorial).

4. ONS. Psychiatric morbidity among prisoners in England andWales: En: The prevalence of psychiatric morbidity among adults living en private households. 1997; (www.doh.gov.uk/pub/clocs/ doh/newsurvey 4.pdf).

5. Fazel S, Danesh J. Serious mental disorder in 23.000 prisoners: a systematic review of 62 surveys. Lancet 2002; 359: 545-550.

6. Brinded PM, Simpson AI, Laidlaw TM, FairleyN, Malcom F. Prevalence of psychiatric disorders in New Zealand prisons: a national study. Aust N Z J Psychiatry. 2001 Apr; 35(2): 166-73.

7. Fazel S, Hope T, O’Donnell I, JacobY R. Hidden psychiatric morbidity in elderly prisoners. Br J Psychiatry. 2001 Dec; 179: 535-9.

8. Brooke D, Taylor C, Gunn J, Maden A. Point prevalence of mental disorder in unconvicted male prisoners in England and Wales. BMJ. 1996 Dec 14; 313 (7071): 1524-7.

9. Shaw J, Appleby L, Amos T.Mental disorders and clinical care in people convicted of homicide: national clinical survey. BMJ. 1999 May 8; 318 (7193): 1240-4.

10.Andersen HS, Sestoft D, Lilleback T. A longitudinal study of prisoners on remand: psychiatric prevalence, incidence and psychopathology in solitary vs. Non-solitary confinement. Acta Psychiatr Scand. 2000 Jul; 102 (1): 19-25.

11.Arboleda-Florez J. Mental illness in jail and prisons. Current Opinion in Psychiatry 1999; 12: 677-682.

12.Pato Rodríguez E. Trastornos mentales en reclusos del Centro Penitenciario de Villabona. Principado de Asturias. En: La atención a la salud mental de la población reclusa. Madrid: AEN Estudios/ 30.

 

CORRESPONDENCIA

Hospital Universitario Miguel Servet
Paseo Isabel La Católica, s/n
C.P. 50009 Zaragoza
Correo electrónico: piluca@seny.org

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